miércoles, 16 de enero de 2013

Baktún 13: Estilo Hollywood vrs. el verdadero sentido de los Mayas





Casualmente estaba en Guatemala cuando fue 20 de diciembre del 2012, día en el que era la culminación de 13 Baktunes según los Mayas.  El día 21 de diciembre comenzaba la nueva Era o el nuevo Baktún.

Era un día importante a nivel mundial ya que mucha gente alrededor del mundo pensaba que era el fin del mundo y se habían preparado para ello.   Otros creían que ovnis iban a inundar el cielo y algunas cosas extrañas iban a suceder, en especial en Guatemala.  Otros creían que los Mayas que desaparecieron hace siglos atrás, iban a regresar de la quinta dimensión y se llevarían a la gente que estaba preparada para viajar con ellos.

Habiendo tantas expectativas y presagios, me dirigí a Tikal, la ciudad Maya más importante de Guatemala, junto a mi padre.   El camino en bus desde la ciudad de Guatemala hasta Santa Elena, Petén era de 8 horas.  Lo hicimos de noche.  Llegamos a Santa Elena en la madrugada del día 20 de diciembre.  Yo había leído en el periódico que los actos y ritos de los Mayas iban a ser desde las 4 de la tarde del día 20 hasta las 6 de la mañana del día 21.

Después de descansar por unas horas, conseguimos transportación desde Santa Elena hasta Tikal alrededor de las 5 de la tarde.  El viaje duraba más o menos una hora.
 
Mi papá y yo estábamos a la expectativa de ver que era lo que ibamos a encontrar.  Yo me imaginaba a un grupo de personas esperando a los ovnis con carteles y vestidos estrafalariamente como en la película de Mars Attack (Marte Ataca).  O a otro grupo de personas esperando a los Mayas con sus valijas listos para ir a la quinta dimensión.  Sin ir muy lejos, mi padre me había dicho hace un año atrás que él creía en ello, aunque conforme se fue acercando la fecha fue dudando de la veracidad de los hechos.  Entonces lo de irse a la quinta dimensión se volvió broma. En el camino yo iba diciéndole:  ¡Vengo a Tikal a ver si de verdad te vas a la quinta o no!”.

Al llegar a Tikal encontramos una parte iluminada que parecía ser el lugar de los actos.  Esa parte estaba cerrada al público.  Era solo para periodistas y gente VIP.  Nos dijeron que nos dirigiéramos a la plaza central de Tikal.   Después de caminar en la oscuridad por más o menos 45 minutos encontramos la plaza central de Tikal completamente iluminada y llena de gente.  Al observarla, la parte central de la plaza estaba acordonada y custodiada por guardias de seguridad.  Enfrente del Templo I mejor conocido como el Gran Jaguar, había una tarima donde se realizaban los actos.  Enfrente de la tarima estaba el agujero en el suelo donde los Mayas realizan sus rituales en cualquier época del año y después de un gran espacio, habían  sillas con manteles blancos perfectamente alineadas para la gente VIP.
 
Los espectadores estaban alrededor, sentados en lomas enlodadas o en las ruinas.  Mi padre y yo no sabíamos donde ubicarnos para poder ver mejor porque realmente no se miraba casi nada.  La parte con la mejor vista estaba acordonada.  Del lado donde los espectadores estaban sentados había una gran pantalla y varias estructuras que impedían ver los actos de la tarima con facilidad. ¡Que lástima no ser VIP!, pensé yo.

A la media hora después de que mi padre y yo llegáramos sucedió algo que en su momento no comprendí:  hombres Mayas cargaban una marimba en sus brazos mientras que otros la tocaban.  Los Mayas que parecían ser los líderes, quemaban incienso y pedían permiso para pasar al centro de la plaza para ir al agujero que usan para realizar ritos. Los guardias de seguridad dijeron que no estaba permitido entrar.
  
De repente veo a algunos espectadores dirigirse al lugar y ponerse detrás de los Mayas.  Empezaron a gritar:  ¡Déjenlos pasar! ¡Déjenlos pasar!”.  En menos de dos minutos los Mayas estaban rodeados por alrededor de 200 personas y los guardias no sabían que hacer para detenerlos.  Los gritos no cesaban y estaba claro que las personas que estaban detrás de los Mayas no iban a ceder ni a callarse.

Los guardias no aguantaron la presión y los dejaron pasar.  Los Mayas se dirigieron al agujero para realizar sus ritos y los demás espectadores invadieron todo el centro de la plaza para tomar fotos o sentarse.  Los espectadores que nos habíamos quedado observando empezamos a invadir el centro de la plaza también. 

Mi padre y yo empezamos a tomar fotos cuál turistas y entre la multitud reconocí a Ranferí Aguilar que es miembro del grupo guatemalteco de música conocido como Alux Nahual.  Mi padre y yo empezamos a hablar con Ranferí que nos contaba que tenía que tocar música en los actos siguientes pero no sabía si se iba a poder ya que la plaza se había llenado de espectadores.
 
No ví entre los espectadores ninguno de los grupos de gente extraña que yo esperaba.  Nadie tenía carteles, ni ropas estrafalarias, mucho menos valijas. 

Los guardias empezaron a negociar con nosotros, a decirnos que los actos tenían que continuar porque se iban a transmitir por televisión a nivel mundial.   Era un día importante para Guatemala ya que era la oportunidad de demostrarle al mundo nuestra cultura. Aceptamos quedarnos a un costado de las sillas VIP y desocupar el area donde los actos se iban a llevar a cabo.  Costó más o menos una hora ordenar a toda la gente y dejar el centro de la plaza desocupada de nuevo.
 
Después de unos cuantos minutos de espera la gente VIP empezó a llegar y entre ellos estaba el Presidente de la República, Otto Pérez Molina.  Llegó con su familia y un sequito de gente elegante y pedante que nadie sabía quien era o por qué era considerada gente VIP.
 
A las 9 en punto de la noche empezó de nuevo la transmisión televisada.  La música sonaba y los supuestos Mayas comenzaron a emerger de detrás del Gran Jaguar.  Trajes de colores impresionantes, bailes ensayados con pieles de jaguares, plumas exóticas, rostros pintados, escudos, lanzas, fuego, incienso, con temas como la fertilización, el intercambo comercial, la guerra.  Los supuestos Mayas eran más blancos que la leche y además eran altos.  De repente me sentí en Hollywood.  Estábamos enseñándole al mundo de nuestra cultura pero la mayoría de los actos no tenían absolutamente nada que ver con los Mayas.  Eran puros actos para impresionar a los VIP y a un mundo que, al no saber nada de nuestra cultura, cree que de verdad los Mayas son así.
   
He de decir que el único acto entre todo este circo que podría asociar con los Mayas es el acto que presentó el Ministerio de Cultura sobre el juego de la pelota.  Lo demás me pareció -y no solo a mí- Hollywoodense. Ver para creer.  Pantomima barata y una burla para nuestros ancestros, los verdaderos Mayas.

La música fue espectacular y bella, no tengo nada que decir en contra de ella.  Lo que si he de decir, es que algunos de los músicos estaban vestidos estrafalariamente.  Ningún Maya se vestiría de esa manera.  Es más, no he visto a ninguna de las etnias de Guatemala con esa vestimenta.  Hubiera sido hermoso si se hubieran vestido con los trajes típicos de las diversas regiones de Guatemala.

Los actos se extendieron hasta las 12 de la noche.  A las 11:45 los verdaderos Mayas estaban preparándose para volver entrar.  Prepararon su marimba y sus demás suplementos para hacer sus rituales.  Los guardias les suplicaban que se esperaran a entrar hasta que el último acto acabara.  No querían arruinar la transmisión televisada con su entrada fuera de lo planeado.  Había que dejarle una buena impresión al mundo. Los verdaderos Mayas respetaron hasta el final los actos Hollywoodenses.  El ultimo acto era un niño vestido de indígena que daba un mensaje de amor y paz.  Un discurso ensayado y trillado.  La gente VIP y el mundo quedaron contentos y satisfechos.
 
Al terminar de transmitir en la televisión dejaron entrar a los verdaderos Mayas que empezaron a hacer sus rituales en el mismo lugar.  Los curiosos y la televisión rodearon a los Mayas que lo único que querían era hacer sus rituales.  Los Mayas Hollywoodenses hicieron una sesión de fotos en el Gran Jaguar. Los VIP se fueron.  La mayoría de las televisoras que transmitían se fueron también.

De repente todo el ambiente del lugar cambio.  Era sereno, menos estirado, espiritual.  Los Mayas tocaban su marimba y hacían sus rituales mientras preparaban una fogata.   Al terminar sus rituales comenzaron a bailar al ritmo de la marimba.  La fogata estaba en su apogeo y todos los presentes pasamos de espectadores a participantes. Aunque cansados no podíamos dormir.  Un par de canales de Guatemala se aseguraron de transmitir lo que sucedía a esa hora.  Yo me senté por largo rato a observarlo todo.  Me caía del sueño pero era tan hermoso que no quería perdérmelo.  El cielo estaba estrellado y despejado y aunque hacía un poco de frío se sentía fresco.

Algunos pasamos toda la noche en vela, como mi padre y yo, ya que no habíamos llegado preparados para dormir con carpas, comida, etc.  Mucha gente llegó con todo el equipo y pudieron dormir unas cuantas horas.  Yo jodía a mi padre que no venían los Mayas que vivían en la quinta dimensión por él.  La única preparación que mi padre y yo tuvimos fue llevar media botella de ron que nos tomamos a la salud de los Mayas que nunca llegaron de la quinta.

Los verdaderos Mayas tocaron y bailaron marimba toda la noche.  En un momento mágico de la noche me acosté a ver las estrellas.  La marimba sonaba al fondo, los ruidos de la selva petenera se mezclaban con las voces de los noctámbulos.  Se sentía una energía positiva pero sobre todo una paz.  No quería estar en un ningún otro lugar que no fuera ese.  Sin plumajes, trajes, discursos, bailes ensayados, los verdaderos Mayas habían logrado enseñarnos la importancia del cambio de Era.  Nos dieron una esperanza de que lo que viene son tiempos mejores, que estaremos con más energía y que sucederán cosas buenas en nuestras vidas.

Estuvimos despiertos hasta ver los primeros indicios del amanecer.  Los Mayas realizaron nuevamente rituales, esta vez por el primer amanecer de la nueva Era.  Mi padre y yo habíamos decidido irnos al Templo No. IV que tiene 64 mts.  de altura y del cuál, al estar arriba, se pueden ver los demás templos y lo extensa que es la selva petenera.   Ibamos con un grupo que se dirigía también para allá cuando nos encontramos a unas personas que venían del Templo No. IV.  Nos dijeron que guardias custodiaban fuertemente el templo ya que el Señor Presidente subiría a ver el amanecer desde ahí. 

Regresamos a la plaza mayor y vimos al Presidente caminar entre la gente con los reporteros de la televisión siguiéndolo por todos lados.  El Presidente se acercó al lugar donde los Mayas hacían sus rituales y pretendió interesarse por ello.  Estuvo ahí por escasos 15 minutos.

Mi padre y yo subimos hasta arriba del Templo No. II que queda exactamente enfrente al Gran Jaguar.  Desde esa altura podía observarse todo.  Los verdaderos Mayas haciendo sus rituales, la música de la Marimba sonando, los juegos de luces, la gente.  El amanecer con ese escenario fue algo especial.  Agregando el trino de los pájaros que despertaban, realmente se sentía el comienzo de una nueva Era, de una excelente Era para toda la humanidad.

Me alegro saber que aunque en este mundo hay muchas personas que les gusta pretender y les gusta lucirse ante los demás, todavía hay gente humilde y auténtica que lo único que quiere es vivir en paz y armonía.
 
Agradezco a mis hermanos, los verdaderos Mayas, por esta experiencia tan sublime.


Los Supuestos Mayas
















 Los Verdaderos Mayas






















2 comentarios:

  1. Que entretenido, me gusto leer tu artículo Silvia.

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  2. Que bonitas reflexiones, me gustaría mucho poder publicarlo en mi blog http://espiritualidadmaya.blogspot.com/. Podes escribirme a info@espiritualidadmaya.org
    Gracias

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