martes, 3 de mayo de 2011

Para Decirte Adiós...

Estimado Julio:

Si tú supieras lo que me costó tomar la decisión de decirte adiós.  No fue una decisión fácil ni la decisión fue tomada en cuestión de segundos, minutos u horas.  Tuve que meditarlo por días, meses y pasó más de un año para finalmente decidirme.

Es que te amo con toda mi alma y sé que te amaré siempre.  Tú haz sido lo mejor en mi vida.  Tú haz sido mi guía, mi complemento, mi otra mitad.  Cualquiera que leyera estas palabras pensará que estoy loca por haberte dejado.  Pero hay una explicación del por qué.

Cuando me dí cuenta que algo estaba mal entre nosotros fue cuando te rogaba para que me tocaras, para que me acariciaras, para que me hicieras tuya.  Tú pasabas de mí.  Y empecé a lamentarme, a sollozar en silencio, a llorar a todo pulmón en la ducha, luego a llorar con mis amigas, hasta que el llanto se hizo inaguantable e imparable.

Te supliqué, te pedí que me dijeras qué estaba mal, que me explicaras en qué había fallado y siempre obtuve como respuesta tu silencio.  Ante los demás eramos la pareja perfecta sin que nadie sospechara como mi corazón se desgarraba poco a poco. Yo no podía entender como tú podías seguir la vida como que si nada estuviera pasando (o al menos eso aparentabas). Luego la distancia entre los dos se hizo más visible ya que tú preferías pasártela fuera de casa con tus amigos y yo para no quedarme sola también salía y me llenaba de actividades.  Pareciamos compañeros de piso,  cada quién por su lado, sólo diciéndonos hola y adiós y de vez en cuándo pasar un tiempo juntos.

Yo no podía seguir viviendo más así.  Cada vez que tocaba el tema tú solo me veías como un idiota y no hacias nada para mejorar las cosas, para luchar por nuestro amor.  Porque sé que todavía me amas.  Aunque nos separamos de esa manera teníamos muy buen contacto, muy lindos momentos con un beso y un abrazo robado al tiempo, preciosas risas y apoyo moral en los momentos críticos. 

Un día en que sollozaba de nuevo al silencio de la noche y a tu espalda caí en cuenta que aunque me aferrara al recuerdo de lo que un día fue nuestra relación, no iba a lograr componerla sin tu ayuda.  En una relación hay dos personas y no sólo una puede hacer el esfuerzo.  Como un último intento traté de explicarte mi teoría.  Traté de despabilarte de una sola vez para que te dieras cuenta de lo que estabas logrando.  Hubiera querido darte un par de bofetadas para que recapacitaras.  Pero lamentablemente mi consejo entró por tu oído derecho y salió por el izquierdo. 

Yo te amo como nunca he amado a nadie.  Si de por mí fuera me hubiera quedado para siempre contigo. Eres lo que yo siempre quise en un hombre:  guapo, inteligente, emprendedor, simpático, cariñoso.  Pero vivir como una pareja de 60 años que no se toca sino que sólo viven juntos por conveniencia cuando todavía estamos por los 30 no me parece.  Te amo pero me amo a mí misma mucho más.  Sé que merezco un trato mejor y sé que merezco ser valorada como mujer.  Si yo estuviera gorda, descuidada, desmarañada o demacrada te daría la razón.  Pero soy una mujer de éxito, trabajadora, emprendedora, sexy, bonita y divertida.  Además de ser buena amante, buena cocinera, buena consejera, buena amiga y buena mujer. 

Así que por todo esto que te explico llegué a la conclusión que era mejor decirte adiós.  Me alegro que hayamos quedado como amigos aunque no sé como puedo hacer que mis sentidos te vean como tal.  Al menos por el momento no puedo hacerlo y tendré que dejar de verte por un par de meses, talvez más. Espero que el tiempo sea mi amigo y me ayude a curar la herida y a consolarme en mi desdicha.

Todavía trato de encontrar el por qué  fallamos pero creo que nunca lo voy a poder lograr.  Quiero decirte que mi conciencia está tranquila porque hice todo lo que pude haber hecho para salvar la relación.  Hice todo lo que pude para recuperar lo que teníamos y forjar juntos un futuro mejor para los dos.  Muy tarde me doy cuenta que una relación no se basa sólamente en el amor pero si no también en el compromiso y respeto.

Juro que si regresas algún día y me dices que al fin te diste cuenta de tu error te perdonaré y regresaré contigo.  Por el momento te dejo aunque desmaye del dolor para que medites al respecto o para  que seas feliz con alguien más. 

Nunca podré olvidar los bellos momentos que pasamos juntos.  Siempre estarás en un lugar especial en mi corazón y serás alguien que recuerde toda mi vida. La verdad es que... preferiría no decirte adiós nunca pero ya no está en mí. Que triste será mi vida sin ti. Nunca te olvidaré. 

Siempre tuya,

Larissa

2 comentarios:

  1. Soy ilustrador y estoy buscando blogs en los que se de importancia a nuestro trabajo. Gracias por la propuesta.
    Os dejo un enlace a mi blog:
    http://espiralesdetinta.blogspot.com/

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